De pequeño comía los Kinder con fruición golosa, esperando ansioso con que cutre juguete me iba a pasar los siguientes diez minutos jugando hasta que cansado, acabase en uno de los cajones de mi habitación. Lo que nunca sospeché, fue que en el extranjero los niños tenían que soportar con horror un anuncio de televisión que podría hacer que Lovecraft se mease encima.
miércoles, 15 de octubre de 2008
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La cara del huevo da miedo :S, cuantos niños quedarían traumatizados con el anuncio (Y con la muerte del huevo, aunque esto sea un bien para la humanidad).
ResponderEliminaryollevo 2 nxes sin dormir
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