domingo, 2 de enero de 2011

El Nórdico (1978)


Hace tiempo que hice una entrada sobre esta joya del cine histórico. Bien, pues tras conseguir bajármela (en serio, gracias a todas aquellas personas que se molestan en ripear estas cosas) y visionarla de nuevo no recordaba lo terriblemente mala que era.

Ya sabemos que en estas películas lo rigurosidad histórica es una cosa que brilla por su ausencia. ¿Estribos en Gladiator? ¿Kilts en Braveheart? ¿Vikingos con cuernos? Pues sí, en este caso todos hechos con el mismo patrón industrial. Este es un error común y muchos nos enteramos por casualidad de que los vikingos no los usaban. Pero es que el prólogo es un desastre cuando afirma gratuitamente que los vikingos conquistaron la mayoría de Europa. No sé que libros de historia tendrán estos guionistas pero es que incluso un conde gallego rechazó a los vikingos y le cortó la cabeza a su líder. Los atacantes sin embargo bajaron a Portugal a proseguir sus correrías sanguinarias haciendo gala de su merecida fama.

Comencemos con la trama porque los anacronismos y demás cosas darían para un blog aparte. Thorvald se dirige hacia América en busca de su padre desaparecido en una expedición anterior. Le acompaña un grupo de grandes guerreros, entre ellos un africano, quien en un combate le cortó la lengua a Olif y como castigo debe llevarla a modo de colgante (?). Sin más toman tierra y a los pocos segundos uno de los hombres de Thorvald es asesinado por unos sioux del Canadá quienes literalmente le llenan el culo de flechas.


Pero llegan tarde y los atacantes huyen dando saltitos de alegría.


Tras la breve escaramuza celebran un funeral vikingo algo cutre y Thorvald le da gracias a Odin porque su compañero pudiera morir como sólo un nórdico debe hacerlo. Es decir, con el culo acribillado a flechazos.


Se topan con uvas y Thorvald bautiza las nuevas tierras como Vinland. Uno de ellos encuentra la desembocadura del río y lo remontan para seguir con su búsqueda. Allí tienen un contacto con una india que escapa por patas. Thorvald más tarde nos deleita con una arenga a sus tropas.

Nos enteramos del destino de Eurich, el padre de Thorvald. Fueron cegados y los usan como esclavos para moler harina (?). Un flashback nos explica como fueron muy bien recibidos pero al poco rato los traicionaron liderados por la chamana del pueblo y el líder de los guerreros.

La película nos lleva de nuevo junto a Thorvald quien es rodeado por unos indios. Utilizan la famosa formación vikinga para defenderse (cada uno a lo suyo) y una batalla bastante mediocre tiene lugar a continuación. Los vikingos huyen y vuelven al barco.


Una de las indias del poblado, disconforme con el trato dado a los prisioneros, se acerca a los vikingos y les ayuda a encontrar la cueva donde se encuentra prisionero el rey Eurich. Escaramuzas. Más escaramuzas. Llegan junto a los prisioneros y los liberan. Durante la huida al barco es cuando el vikingo negro suelta la frase que había citado en la otra entrada de forma incorrecta. Lleva en brazos a un hombre y Thorvald le señala que está muerto y este le dice: Ya lo estaba cuando dejamos la cueva, pero merece un entierro nórdico. ¡Sí señor! Inmersión cultural a tope. Por cierto, se llevan con ellos a la india que traicionó a su pueblo siendo una de las pocas cosas con las que acertaron de lleno, aunque no intencionadamente.


En fin, la memoria de esos exploradores no se merece este truñaco setentero, pero es lo que hay.

Cosas varias:

  • Los escenarios desde luego no se parecen en nada a Canadá y el hecho de que les importara un pimiento que salieran palmeras no ayuda demasiado.
  • La mezcla de música india de western y épica de romanos desentona por completo. Es más, esperas a que salga algún tren-cuádriga del bosque para que los indios puedan asaltarlo.

2 comentarios: