lunes, 27 de septiembre de 2010

Raiders of the Living Dead


Si el montaje cinematográfico es definido como “la ordenación narrativa y rítmica de los elementos objetivos del relato”, la definición del montaje de este bodrio estaría más cercana “al caos inenarrable y perturbado de los elementos arbitrarios del relato”.

El director no tuvo claro en ningún momento que coño quería hacer, ni la más mínima idea o gana de seguir un argumento en la historia, con el único propósito de hacer metros y metros de película para arrancar 86 putos minutos de nuestra vida; cada unos de los espectadores (o lo que sea) que caímos en esta trampa mortal, deberíamos emprender accionas legales contra su director.

La película va saltando de escena en escena, dando la sensación al espectador (o lo que sea) que está viendo varias películas a la vez y, encima, todas muy malas, o que se trata de varios episodios de “A través del tiempo”, sin la cara de estupor del Dr Sam Beckett y del cabrón Gushie.

Empezamos viendo el asalto a un camión cisterna, que “se supone” (supongo yo) lleva residuos, saltando al instante al secuestro de una central eléctrica con fin chispeante para el raptor y sin tregua para la retina vemos a una pareja que se dirige a un conjunto de casas abandonadas porque el gallardo joven cree que ocurren en esa zona cosas extrañas. Como no, son atacados por hombres con plastilina en la cara, saldándose el enfrentamiento con la perdida de la parte femenina de la pareja y la huida gallinácea del gallardo ex amante, prendiendo fuego en suelo agasolinado durante la acción evasiva.
Otro salto más y aparece tirado en una cuneta de la que es sacado y salvado por una mujer que lo arropa y cuida en su casa durante cinco minutos, lo que tarda en cargar el director los siguientes saltos, compra de arma, película de los tres chiflados en un cine, una pensión y al siguiente ataque de otro hombre aplastinado que nadie, ni él mismo, sabe como coño llego a dicha pensión, aunque estaba dentro del armario, lo comento por si acaso. Tras el ataque el joven se marcha acojonado, no por el ataque en sí, sino porque un coche le pita, y desaparece.
Durante toda la película vemos otra historia que se intercala con la primera, pero igualmente incongruente (siendo la incongruencia el verdadero leitmotiv de esta giña) de un niño y su estúpido abuelo o de un abuelo y su estúpido nieto si preferís. Bueno l puto niño inventa en 1986 una puta pistola laser a partir de no sé qué ostias, con la que consigue matar a su hámster, ya podía…
Mientras descubrimos con el ex amantegallardo, gracias a las siempre útiles sociedades históricas yankees, que existía en una isla cercana una cárcel en la que un médico loco había estado investigando con los muertos MUAJUAJAUA…
Ojala hubiera investigado con los testículos del padre del director…pero bueno de ahí al final ostias y pistolas laser consiguen liberar al mundo de blalblablalbalbalbla
Entre las únicas buenas noticias que podemos sacar de esta corrosiva historia es que el niño consiguió esuperar el trauma y hacer películas porno. Muchas Gracias.

Director: Samuel M. Sherman

Reparto de ostias: * Robert Allen - Dr. Corstairs
* Donna Asali - Shelly Godwin
* Corri Burt - Michelle
* Robert Deveau - Morgan Randall
* Zita Johann - Librarian
* Bob Sacchetti - Man in Black
* Scott Schwartz - Jonathan

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