sábado, 29 de mayo de 2010

La vida es buena, excepto si vives en un mito


Todos hemos crecido con los mitos griegos. Normalmente hay un protagonista que lucha contra su destino o la voluntad del Olimpo. Siempre me llamó la atención lo hijos de puta que eran los dioses pero no fue hasta que leí 'Las Metamorfosis' de Ovidio cuando me di cuenta de lo sumamente cabrones que pueden llegar a ser. Página tras página y putada tras putada sentía lástima por los pobres habitantes de la antigüedad. Para colofón me compre hace años un diccionario de mitología y es absurda la cantidad de personajes poco conocidos que sufren las mayores calamidades. Por eso no me extraña que en la literatura de la antigua Grecia destacara por ese fatalismo en el que los personajes prácticamente son marionetas y su oposición al destino es un mero artificio tragicómico. De hecho en los concursos teatrales en Atenas los participantes de las Grandes Dionisíacas representaban una trilogía trágica y a mayores una drama satírico que cerraba la tetralogía.

He aquí una lista no cerrada de putadas olímpicas que me han parecido curiosas:

  • Deifobea: Esta era una sacerdotisa devota de Apolo, como recompensa éste le concedió un deseo y la mujer le solicitó la vida eterna. ¿Cuál fue su error? No concretó que quería mantenerse joven por lo que cuando tenía más de seiscientos años murió de la impresión al ver su imagen decrépita. La moraleja es clara, no firmes ningún acuerdo con los dioses sin presencia de tu abogado.

  • Cianpie: Rey de Siracusa quien violó a su hija y como consecuencia de este crimen una peste asoló el país y sólo cesaría con su sacrificio a manos de su propia hija quien a continuación se dio muerte. Aquí está todo clarísimo, la hija es la ultrajada pero como debe ser ella quien castigue la violación cometiendo parricidio debe morir para castigarse a sí misma y así cerrar el círculo para que la cadena no continúe ad infinitum y más allá. No creo que los griegos sacaran alguna moraleja de este mito, es una putada para la hija pero seguro que a nadie de aquella época le preocupó un pimiento ático.

  • Neantés: un pobre sujeto que se atrevió a tocar el laúd de Apolo y al hacerlo tan bien el dios hizo que unos perros lo despedazasen. Los dioses griegos son extremadamente envidiosos, de hecho algo parecido le pasó a Aracne, una tejedora a quien Atenea retó y al no superarla la transformó en araña. Gracias a estos mitos los griegos lo tenían claro: la mediocridad es el camino correcto para escapar vivo.

  • Melanipo: Este joven violó a una sacerdotisa de Artemisa en un templo, los dos acabaron muertos y para detener la predecible peste tuvieron que sacrificar un mancebo y una doncella a la diosa. Otra vez con lo mismo, pagan justos por pecadores, no me extraña que los griegos pasaran de todo si un destino funesto te podía alcanzar aunque actuaras correctamente. Me da la sensación de que los dioses no tenían my claro como adoctrinar a los humanos.

  • Marsías: Aquí tenemos otro pringado que concursó contra Apolo en un certamen musical. El vencido quedaba a merced del otro. Las musas fueron las juezas y le dieron la victoria al dios quien degolló vivo a Marsías. Podríamos pensar con razón que Marsías era realmente un mal músico, sin embargo que Apolo fuera hermano de las Musas lo convierte en un imbécil total. Con este mito los griegos aprendían a no dejar su destino en manos de un tribunal parcial. Aunque con los antecedentes más bien tendrían que aprender que nunca se debe aceptar un reto con Apolo.

  • Tiresias: Este personaje es más famoso y tuvo la oportunidad de ser mujer durante siete años lo que le brindó la posibilidad de tocarse los pechos todos lo días y de actuar como árbitro en una discusión entre Zeus y Hera. Afirmaba el Crónida que las mujeres gozan más que los hombre durante el sexo y su esposa mantenía lo contrario. Tiresias se decantó por la tesis de Zeus y afirmó que las mujeres gozan mucho más, como que diez veces. Hera furiosa lo cegó y Zeus en compensación le otorgó el don de la adivinación y una vida siete veces más larga. A veces parece que los dioses compensaban sus castigos pero los casos fueron pocos y no convenía fiarse de ellos.

A los griegos siempre les quedaba bailar.

4 comentarios:

  1. Los griegos eran más realistas. Veían la vida como un cúmulo de arbitrariedades, no cómo el concurso de premios y castigos de judíos y cristianos. No sé qué es más cruel, dioses que exigen sacrificios porque sí, o el dios único supuestamente bueno y todopoderoso que exige sacrificios como demostración de lealtad, y cuando quiere juega con Job a su antojo a la manera de los griegos. Todas las religiones están emparentadas, intentan explicar un mundo caótico con un sistema de recompensas también caótico, en algunas más y en otras menos.

    De Ovidio es mucho más divertido el Ars Amatoris, muy recomendable.

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  2. Lo que dices es cierto, no recuerdo que filósofo decía que nadie puede decir que es afortunado mientras viva porque incluso en el último suspiro te puede pasar una putada.

    Leí el libro que recomiendas, muy curioso los métodos de ligue en el Circo.

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  3. Lo de Marsías no acabó ahí, porque al pobre del Rey Midas le dio por quejarse del resultado del concurso y Apolo le encasquetó unas orejas de burro. El peluquero del rey, que era un cotilla, lo contó por ahí (bueno, más o menos) y Midas se suicidó... bebiendo sangre de toro (no sin antes cargarse al peluquero, claro). Cuando los guionistas de Holywood aprendan a leer podremos ir temblando con la avalancha de adaptaciones. Bueno, de hecho ya hay alguna por ahí que da bastante miedo.

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  4. Con la última de Jasón ya se han lucido bastante. Sólo faltaba que, a modo de God of War, te saliesen los botones para hacer los combos.

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