martes, 22 de abril de 2008

Odio

Llego a una cafetería-bar y me pido una caña. Una dulce camarera con una sonrisa refrescante y escote “balcánico la sirve en vaso frío, tan frío que gotea y moja mis dedos; saboreo la siempre agradecida cebada mientras que ligeros toques de lúpulo resbalan por mi garganta seca. Entonces vuelve a acercarse la teutona y me susurra el catalogo de deliciosos sabores a los que puedo optar,. Con decisión y atrevimiento me decido y pido unas bravas con la esperanza de ser sorprendido por unas patatas con sal gorda y cubierta por algo diferente a una salsa de ketchup caducada. Entonces escucho una canción, que coño, una gran canción, una de esas grandes canciones que te gustan, que disfrutas y recuerdas ese gran momento en el que te sentiste único, vivo, como “when the smoke is going down”. Te giras, en un movimiento digno de un dios de la acción, miras atento al televisor, ojos como platos, corazón en ristre y, horrorizado, ves cantando a Bostandante o Bisbal, de esta chusma que realmente apetece insultar u/o vejar. Sin saber como ni porque de repente te descubres intentando descifrar lo que están cantando y la desesperación llega a su culmen cuando te das cuenta que coño estas haciendo. ¡REALMENTE LO ODIO!

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