sábado, 8 de octubre de 2011

Galicia Muerta





Para conseguir desarmar la autonomía de un pueblo es fundamental cortar tres arterías. La artería económica y sus motores propios, la artería cultural y la artería de la autoestima, al cortar cualquiera de ellas la sangría es casi mortal, pero si cortas las tres te aseguras de dar ejemplo al resto de la clase.

El pueblo gallego últimamente, desde la llegada de Feijoo, ha sufrido una serie de agresiones que no solo hacen peligrar su autonomía política, sino hacen peligrar la existencia misma del “ser”, se enfrenta al exterminio. La arteria económica ha sido cercenada este mismo día, después del batacazo de Nova Caixa Galicia, liderado por el presidente de la Xunta y los sinvergüenzas de la propia Caixa, el Banco Pastor ha sido también exterminado por el banco Popular. Sin banco propio nuestros fondos y ahorros no son nuestros, son de otros que no se van a intranquilizar por lo que pase aquí. Si a esto le sumamos la completa y absoluta inoperancia del PP de G para defender nuestros intereses, como se ha visto en el concurso eólico que lleva parado desde su llegada al poder, nos enfrentamos a la realidad más atroz, el yermo económico.

La cruzada contra el gallego y toda la cultura propia del país ha sido uno de los caballos de batalla de la actual Xunta y una de las mayores alegrías que Madrid ha recibido, de las tres nacionalidades históricas a Galicia le están cayendo los palos que no se atreven a dar a Euskadi y a Cataluña. Somos la cabeza de Juan el Bautista, una ofrenda a los prebostes españolistas, una España única que siga los pasos marcados por Madrid sin espacio para nadie más.

Por último la autoestima. La autoestima es fundamental para cualquier persona, cualquier pueblo, permite vivir sin tener que pedir perdón por existir, por tener un idioma propio, unas costumbres propias, unas estructuras económicas diferentes que necesitan ser solucionadas de manera diferente. Desde partidos como UPyD o ex presidentes como Aznar, desde medios de extrema derecha y periódicos afines al PP se ha insultado, vejado y humillado a personajes gallegos, ministros como José Blanco son ridiculizados y ninguneados por ser gallegos, se les denomina despectivamente con un diminutivo gallego “Pepiño” , no se merece ser considerado.

Lo único cierto es que para que estas tres arterias fundamentales se puedan cercenar debe ser permitido por la propia víctima, que en este caso, Galicia, no solo se deja desangrar sino que aplaude y ríe como un desgraciado anormal que solo quiere agradar a su amo, por más palizas que reciba de este.

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