jueves, 24 de febrero de 2011

Gaddafi, la rata acorralada.

Gaddafiño gaddafiño, xa tes cor do esterquiño






En estos días nos podemos sentir abrumados y llegar a cavilar con la alucinación de que por fin ha llegado aquello que desde los albores de la civilización…bueno eso es un poco exagerado, pero desde hace mucho tiempo se había pregonado, la revolución de los que no cuentan, de aquellos que no tienen más oportunidades que aquellas que consiguen a través de la lucha, los llamados desheredados de la tierra. Pero después de la borrachera de imágenes y sensaciones, como en anteriores revoluciones, se me antoja que la resaca va a ser dura. Confieso que me sorprendió la caída de Mubarak en Egipto y aún más la paupérrima imagen de un Gaddafi que pasó de Proxeneta de seguridad amigo del infanticida Berlusconi a cadáver en televisión, ciego y sin poder leer. Va perdiendo plazas importantes de Libia y a diferencia de otros dictadores de la zona, como Mubarak o Ben Ali (para no distanciarnos mucho ni en tiempo ni en espacio), Gaddafi no tiene tantas opciones de emigración, por un lado el paraíso de dictadores, Arabia Saudí, lo tiene cerrado después de años de disputas verbales (mira que llamar al rey de Arabia “invento de británicos y Americanos”) y por el otro, el paraíso Bolivariano no tiene las mínimas condiciones exigibles, estabilidad política, servicios de primera y, porque no, aquellos extras que consigan satisfacer las expectativas románticas de este viejo depravado (la Jaima no soporta bien la lluvia selvática).
En esta situación, una rata se arrincona y ataca, y como buena rata Gaddafi se arrincona en Trípoli, y personificando la revolución en su ser (casi como una transformación divina) y obligando al pueblo libio a derramar sangre por…echarlo, si fuera un demagogo…bueno si fuera un demagogo que trabajara en algún medio de comunicación, diría que morirían por la democracia o por la libertad o alguna cantinela así, pero eso no se sabe, nada lo puede garantizar. En principio nos acercamos peligrosamente a una guerra civil, con fusil en mano y brazalete la rata muerde,pero ¿a quién tenemos del otro lado? ¿Existen lideres que quieran el cambio? y por último, si cae Gaddafi ¿irá a venderles armas el bastardo de Cameron?. La vieja Europa está muerta y, por como huele, en descomposición.

4 comentarios:

  1. Es que le echan droja al Nescafé y mira como se monta...

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  2. Este finde he estado en un museo viendo los elegantes instrumentos de tortura empleados en la edad media y se me ocurrieron múltiples ideas sobre qué hacer con Gadafi, su familia y su colega italiano, todo muy simpático!!!

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  3. Aiii(suspiro), los instrumentos de tortura, otro arte en el que los hombres de la iglesia ayudaron creando y mejorando objetos que para cualquier ser humano no serían sino construcciones del demonio.

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