sábado, 10 de abril de 2010

House IV


House IV es la última parte de la tetralogía House. La primera parte tiene su encanto ochentero y algo de originalidad pero House IV es algo extrañísimo. En vez de aglutinar los géneros de terror, comedia y surrealismo los va desarrollando por partes. Así, al principio parece la típica película de terror sin muchas pretensiones para más tarde incluir una escena digna de David Lynch y finalmente acabar con toques de comedia cutre sentimentaloide.


¿De qué va? Pues sencillamente que la familia protagonista sufre un accidente de coche donde muere el padre (El Gran Heroe Americano) y la hija queda paraplégica. La esposa decide quedarse a vivir en la casa de los antepasados de su marido que curiosamente está construido sobre un rollo indio-mágico. Con las consiguientes posesiones extrañas sin ningún sentido y el sacerdote-indio que no se digna a pasar por la casa ni avisa a nadie de nada.


Cabe destacar la escena infame cuando una lamparita se transforma en un rottweiller quien finalmente acaba saltando por una ventana convirtiéndose en el primer objeto inanimado de la historia en cometer suicidio. Como anécdota hay que señalar que la canción que canta el repartidor de pizzas tiene copyright e incluso pertenece a un sello discográfico. Ahí queda eso.

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