The Man from U.N.C.L.E.

 

Este año vamos renqueando, estamos lentos, llegamos tarde a cualquier cosa y todo parece que se repite y repite… pero los hay peores, me dijeron el otro día no sé que de armas de destrucción masiva en oriente próximo….”The man from U.N.C.L.E.”, let´s do this!!!

No Es necesario  explicar (ya lo sabéis de sobra pero) que esta película es una adaptación de la serie El Agente CIPOL de los años 60,  aunque tiene el parecido de una pera y una alcaldesa de Madrid, sí, hay agentes del KGB y CIA.

Estamos en los años 60, cuando a Berlín le crece un muro y la guerra fría se empieza a helar un infame enemigo del pasado de ambos bloques obliga a unir a un grupo de Agentes que han sido entrenados para enfrentarse.

Al no ser una de esas películas de hace 35 o 50 años (de las que solemos ver) no la destriparé mucho, pero para empezar decir que el guión no es una compleja obra maestra de dobles sombras y espejos negros, aún así funciona muy bien, ligero y espumoso. La mano en la dirección de Guy Ritchie se vislumbra pero no es tan forzada como en la saga de Holmes, si se sabe que estás viendo un producto del amigo británico, cosa que, salvo en algunos momentos en que los efectos Ritchie se hacen completamente prescindibles (como flashes al pasado con los que te explican algo que acaba de pasar), por lo general no sobrecarga en exceso la película.

Los actores son seguramente los más destacado, chicos altos, fuertes, guapos, jóvenes….que más se les puedes pedir…que tengan química y, si, ciertamente la tienen. Tanto Henry Cavill , que interpreta a Napoleón Solo agente de la CIA con un oscuro pasado, como Armie Hammer, que es Illya Kuryakin agente de la KGB con problemas de control, conectan como polos opuestos de un imán, haciendo que la misión transcurra con rencillas y poca comunicación. Eso si, tendrán la ayuda de la guerrera  Alicia Vikander, que complementa el trío protagonista y lo dota de algo más, esa mezcla de ternura, belleza y patada en las pelotas.

Toda buena película de espías necesita un enemigo de altura, cuanto mejor es el enemigo mejor es la película. Y como siempre decía mi abuelita Leonor, no hay mejor enemigo que un NAZI. Si enfrente hay un NAZI todo se ve envuelto por un precioso velo de justificación, cualquier cosa que hagan los artistiñas contra ellos (da igual si los tiran a una caldera o si los trinchan como a un pavo) está más que justificado, a un NAZI se le puede hacer de todo. Pero además tienen esa aurea esotérica que permite la certeza de que todo es posible, si es un NAZI puede que esté construyendo un tanque-dinosaurio con el cerebro de Hitler y los tentáculos de Cthulhu, es NAZI es posible. Son el cajón de sastre de los enemigos, sino que se lo pregunten a Indiana Jones que tal le fue con los soviets (si si entre otras muchas cosas).

 Por último, pero siendo casi lo más importante, tenemos que hablar del estilismo. Es realmente sobresaliente, de verdad, no es algo en lo que suela pararme al ver una película, pero en esta historia, el estilismo marca la diferencia. No solo viste a los personajes física y psicológicamente, también viste a la película completamente, las fiestas, las persecuciones, las escenas intimas (también lo decía así mi abuelita Leonor, no iba a decir follar, animales!!!)…..tremendo.

Ahhhh ….casi me olvido de Hugh Grant, tiene un papel corto..cortito, pequeño y disimulado, pero da ganas de un poquito más, como si la película necesitara una segunda parte. Pero que clase de segunda parte, una de verdad o una en plan RocknRolla que nunca llegó…