Si, aunque parezca increíble, hemos visto una película de menos de 20 años, acojonante.
Noé, lejos de ser la historia de un viejo patriarca que intenta salvar a su familia y a todas las especies del mundo de un diluvio divino, lo esperado, es una película que mezcla churras, merinas y alguna que otra cabra.
Primero, es un mundo dividido entre los hijos de Set y los hijos de Caín. Los hijos de Set, entre los que se encuentra Noé, son una especie de cazadores recolectores, bueno más bien solo recolectores, estaba mal visto matar, con lo que estaban algo desnutridos y vivían en cuevas.
Los hijos de Caín, en cambio, eran industrialistas, mineros ,se comían todo lo que podían, mataban a todo hijo de vecino que veían, con lo que la tribu de Noé estaba en huida constante.
Además de estas dos grandes tribus, hay un grupo de ángeles caídos que fueron desterrados por intentar ayudar a los humanos, estos al precipitarse contra la tierra son transformados en una especie de Transformers de piedra…tal cual.
Bien, pues con estos ingredientes y algo, mucha o ninguna imaginación, encontramos a una familia escapada y en crisis, unos malos industrialistas que se asoman a su extinción y unos ángeles traicionados por Dios y por los Hombres que deben ayudar a los desamparados.
El producto final…. un guión que pasa de girar en torno a la historia bíblica a convertirse en un culebrón de odio paterno filial, un malo que parece salir de Mad Max Más Allá de la Cúpula del Trueno, luchas propias de el Señor de los Anillos (el videojuego o la película…no sé muy bien la diferencia), y la unión de las ideas creacionistas con las de la evolutivas.
Como punto extra sobresale el personaje de Matusalén, interpretado por un Anthony Hopkins que parece haberse inspirado en Yoda, tanto por apariencia como por la falta de respuestas.
Pero el mayor hito fue aunar a católicos y musulmanes en la críticas contra ella, en Indonesia, Emiratos Árabes Unidos, Catar y Baréin fue prohibida…raro en países tan avanzados…me dice Filoctetas que no, que estamos en el siglo XIX no perdón XXI, y no en el Siglo XII.
Gracias Frostilicus
Ya tenía ganas de verla y con esta crítica aún más!!!!! Podían renovarse las cadenas de televisión y proyectar esto en vez de los clásicos de cada semana santa, jijijiijijij
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