lunes, 23 de septiembre de 2013

Regreso a la Tierra (1995)


Cuando en una película de ciencia ficción llaman Neutrón al gato por ser muy positivo ya sabes que algo anda mal y no lo digo porque los extraterrestres infiltrados en la Tierra sean todos unos clones con frentes enormes y pelo blanco.

Esto no es Brazzers.
Los extraterrestres en cuestión andan a la búsqueda de uranio como no podía ser de otra forma y de paso usan las mentes más brillantes de la Tierra para que les ayuden en su guerra contra Zagon. Los protagonistas son trasladados a una especie de mansión laboratorio donde pueden trabajar a gusto pero uno de ellos sospecha que algo oculto se esconde tras los clones albinos. Intenan escapar pero son atrapados por un platillo volante y trasladados a Metaluna. Cuando llegan a dicho planeta éste se encuentra bajo el bombardero de meteoritos lanzados por las naves de Zagon.

No es una pintura. Los efectos son así de cutres.
El líder nada más recibirlos decide utilizar una máquina o algo así para anular sus mentes para que acepten el nuevo plan de defensa: huir al planeta Tierra. ¿Por qué demonios les importa lo que piensen estos dos científocos? Pues ni idea. Pero deben ser muy lentos al tomar las decisiones porque su planeta se va a la mierda en muy poco tiempo. Uno de los extraterrestres cree que la decisión del amado líder es errónea y no me extraña. Si esperan un poco más serían exterminados por los... ¡Esperad! ¡Es precisamente lo que pasa! En fin, consiguen huir del planeta agonizante mientras tienen una breve lucha contra un insectoide gigante que usan los de Metaluna como esbirros descerebrados.

¡Dios mío! ¿Qué hago en una película con un guión tan ridículo!
Lo que más me fastidia es que recibió buenas críticas de The New York Times y de Variety, tanto por su guión como por los efectos especiales. Sospecho que el hecho de que fuera una película de la Universal tuvo algo que ver porque es todo un sinsentido tedioso. Comparado con otras películas de la misma época y género queda incluso por detrás. Robot Man (1953) dispone de unos medios mucho más limitados pero al menos te hace reír por las tonterías que hacen y por lo cutre que es todo.

De propina un fanfic.


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