Gävle es una ciudad de unos setenta mil habitantes sita en la costa de Suecia. En 1966 los comerciantes locales decidieron erigir una estatua gigante basada en la cabra de Yule, un símbolo págano anterior a la llegada del cristianismo, para colocarla en la plaza y que sirviera como reclamo publicitario. Pero para lo que sirvió en realidad fue como reclamo de cabrones que se dedicaron a destrozarla desde el principio. Convirtiéndose de este modo la cabra y sus destructores en una tradición que casi costó su existencia. La primera vez que se construyó fue quemada y el culpable condenado (sólo se han capturado a cuatro personas acusadas de vandalismo) y como estaba asegurada, cosas de la ética protestante, recuperaron el dinero. Las malas lenguas dicen que los habitantes del pueblo están orgullosos de dichos actos de vandalismo ya que cada vez que ocurre pone a su ciudad en las noticias y la administración local oficialmente condena los actos pero ya se sabe como son estas cosas.
Aquí os dejo un enlace a Wikipedia con la cronología más importante de la cabra de Gälve. Lo gracioso del asunto es que ha sido varias veces construida a prueba de incendios y aún así el ingenio escandinavo ha conseguido convertirla en cenizas casi siempre. Incluso llegaron a aprovechar el frío para cubrirla de agua y usar una capa de hielo como protección. Por supuesto no sirvió de nada. Hasta en una ocasión fue atropellada por un coche. Otra cabra famosa en el pueblo es el del Club de Ciencias de la Escuela de Vasa que muchas veces corre la misma suerte. Sin ir más lejos durante el año 2009 fue robada usando un camión a pesar de tener cámaras web vigilando. Unos hackers le hicieron un ataque DoS para echarla abajo y actuar con impunidad.
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