lunes, 14 de julio de 2014

The Keeper (1976)

La experesión de horror es comprensible. Otra película
de dudosa calidad donde usan al bueno de Lee como
gancho comercial.
Hace tiempo que en este blog no comentamos películas de un nivel artístico discutible. Se nos hace difícil encontrar esas joyas del nitrato de celulosa. Pues bien, no hay nada para aplacar el síndrome de abstinencia por la película de serie B como una de Christopher Lee quien inmortalizó a Drácula en innumerables ocasiones para su pesar. El pesar de Vlad Tepes por supuesto. Siempre recordaré esa escena en la que la eterna pareja de cazavampiros descubren a Lee detrás de una puerta y este se limita a cubrir su rostro con la capa y salir por patas mientras reza para no pegarse una hostia contra el atrezzo. ¡Bravo! Lo que ni hizo en vida contra los turcos lo hace en muerte contra dos ingleses gilipollas. En esta ocasión Lee tuvo que desplazarse a Canadá para ganarse las lentejas interpretando a un psiquiatra malvado que tiene un centro para ricos majaras. Con sus dotes de hipnotizador y una habitación en la que mediante imágenes raras se hace con el control mental de sus pacientes obliga a que se suiciden no sin antes hacerse con sus dineros. A todo esto un joven detective contratado por un personaje anónimo llega al pueblo para investigar que está ocurriendo en la residencia de Lee. Uso este nombre porque durante la película no tenemos ni idea de como se llama. ¿Licencia artística? ¿Exigencia de Christopher Lee? Nunca lo sabremos.

Póster hipnotizante para obligarnos a verla.
Mientras tanto el tonto del culo del jefe de la policía, no sé muy bien por qué, quiere que el detective se largue de la ciudad y de hecho el pobre detective tiene que, ente otras cosas, lanzarse de un coche de la policía en marcha y saltar por la ventana de la comisaría. Al final para nada, porque el propio jefe le ayudará en otra de sus ideas idiotas: infiltrarse en la residencia haciéndose pasar por su sobrino demente.

El detective y su socia visionando la película durante la premier.
Escena memorable e intrigante es cuando en una escaramuza uno de los locos cae del tejado. Vemos como unos enfermeros introducen al hombre dentro de la ambulancia y se acerca un policía preguntando si está muerto. En enfermero contesta: "no lo sé." Es decir, un tipo sufre un accidente y los enfermeros ni se molestan en mirar si está vivo. ¿Cuando coño pretendían averiguarlo? ¿Pero que le pasó al guionista?
Esta es la cara que se nos quedó ante dicha escena digna de David Lynch.

2 comentarios:

  1. Algo me inquieta... si estos guiones magristrales vieron la luz, ?que maravillas estarán acumulando polvo sin que nadie se digne a filmarlas?
    I0I

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  2. Inquitante, en verdad, y terrorífico .

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