jueves, 1 de noviembre de 2012

Batalla más allá del sol (1968)


En este caso no voy a desmenuzar la película porque es más aburrida que los créditos finales de la misa de la 2 pero leyendo sobre su producción me encontré con una sorpresa. Resulta que le versión que vi estaba doblada en inglés con subtítulos en castellano. Nada que objetar. Pero la cosa es que es rusa y Roger Corman compró los derechos de distribución en Estados Unidos. Para occidentalizarla decidió contratar a un joven estudiante de cine llamado Francis Ford Coppola. Así, como lo leen. Me da la sensación que más que ser padrino de futuros grandes directores lo que el amigo Corman era es ser un poco cutre. Así gracias a su amplia carrera cinematográfica no dudo en contratar jovenzuelos aspirantes a director por cuatro perras.

El muchacho, bastante tiernecito con sus veintitres años, no tuvo mejor idea que añadirle al metraje dos monstruos espaciales diseñados en forma de... Bueno, pasen y vean.


El otro monstruo en teoría debería parecer un pene pero es más como unas trompas de falopio. También tuvieron que esmerarse en quitarle toda la propaganda anti-americana a la producción soviética.

Nota: no confundirla con Batalla más allá de las estrellas ya reseñada por nuestro compañero más ortodoxo.

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