lunes, 15 de octubre de 2012

Conquest of Space (1955)


"Esta es un historia del mañana o del día después de mañana." Así comienza esta película sobre la ¡Conquista del Espacio! Ya empezamos mal . Ahora que Obama dejó sin dinero a la NASA me parece que ni dentro de cien años conquistaremos el espacio pero la ciencia ficción nos deja soñar aunque los mundos de Morfeo se conviertan en pesadillas. Es esta otra de esas múltiples películas futuristas en las que el optimismo tras la Segunda Guerra Mundial en un avance científico vertiginoso nos muestra como en apenas un par de años después de su estreno tendremos una estación espacial. En dicha estación se está preparando el salto a la Luna construyendo una nave.

Otro cliché más del género.
No llevas ni diez minutos de película y ya deseas que un meteorito los mate a todos. En el minuto dieciocho un meteoro impacta contra la estación pero no muere nadie. Mala suerte. Justo al instante un cohete se acerca llevando a un mandamás de la Tierra quien les comunica que en vez de a la Luna viajaran a Marte. Que la cosa está muy mal y el consejo supremo ha decidido en el último minuto cambiar una misión de varios años de duro trabajo. Lo mejor de todo es como entran en la estación los tripulantes y el viajero. Usan dos métodos, saltando o patada en el culo.

Patada en el culo y si fallo no pasa nada, caída libre a lo Felix Burgermeister
y a tomar viento.
"Marte no es la Luna" dice el comandate ahora ascendido a general y se le ve bastante consternado ante la súbita noticia. A continuación viene una de las escenas más raras que he visto en mucho tiempo. Se trata del discurso que hace el astronauta japonés para justificar su presencia como tripulante para viajar a Marte. Comienza afirmando que Japón era muy pobre y que las casas estaban hechas con papel de arroz porque no había otro material (?). Aparentemente tampoco tenían metal para fabricar cubiertos (¿pero sí para hacer katanas?). Por último nos cuenta como la falta de comida en su país es la culpable de que los japoneses sean bajos y que por eso es necesario colonizar Marte y cultivar comida allí. En fin, el actor es chino por lo que a lo mejor por eso se la sopló soltar tanta tontería junta.

Pues no parece que sea más bajo que la media
de los presentes.
El viaje comienza y nuestros intrépidos aventureros se topan con otro metorito. Como consecuencia de este malogrado encuentro uno de los miembros muere y lo mandan al espacio (¿espacian?).

Curiosamente se parece a algo que ya vi.
Poco a poco el comandante de la misión empieza a volverse tarumba y cree que Dios no quiere que Marte sea colonizado por los humanos.

Hasta el italo-americano lo flipa.
Lo que tenemos es que el comandante quiere boicotear la misión por todos los medios hasta el punto que su hijo se lo tiene que cargar por pesado. Con la nave medio tocada y con la poca agua que les queda, ya que el comandante la derramó toda, van a pasarlo bastante mal para pasar el año hasta que las órbitas terrestre y marciana coincidan de nuevo para partir a casa.

En definitiva, me esperaba que aparecieran marcianos o algo así y me gustó bastante más la de Santa Claus conquista a los marcianos para que os hagáis una idea de lo aburrida que es.

Como nota anecdótica que dudo que le interese a nadie podemos señalar que uno de los artistas que trabajaba en la película, Chesley Bonestell, pilló un cabreo porque no le gustaba como habían representado a Marte y pasó de verla.

2 comentarios: