martes, 1 de junio de 2010

Destroyer, brazo de acero (1986)

Es esta una de esas obras salidas del trastero de los 80, escondida entre las camisas con lentejuelas de colores y las chaquetas con hombreras (por favor niño José que esto no se ponga de moda nunca más). Un cyborg es programado para asesinar a un científico pero le entra la humanidad por los poros de la piel y decide irse sin completar el trabajo. Acaba en una cantina de mala muerte. Gana un par de pulsos y al final se enfrenta contra su creador en un clarísimo homenaje a Frankenstein. Finalmente, al igual que la criatura de Shelley, es consciente de que nunca más podrá ser un humano completo y finaliza la película con la siguiente imagen. Lo mantengo desde hace tiempo, el optimismo sobre los avances científicos en los ochenta son ridículos, deberína hacer predicciones más allá de su esperanza de vida.

2 comentarios:

  1. pero, tu crees realmente que están homenajeando a frankenstain?yo me inclino mas porel inspector gadget

    ResponderEliminar
  2. Buena observación. Pero para homenajear al Inspector Gadget faltaba el perro.

    ResponderEliminar