Toda esa fiebre de 80’s way of life, está bien, ha dado buena música, videos ultrarefinados y unas ganas locas de lacarse hasta el chirri, pero la vida no era tan bonita niños, no no lo era. No era un episodio de Corrupción en Miami en HD, ni todo el mundo iba supercool vistiendo, ni bailaba tododios de puta madre, ni había un ambiente de respeto ante semejantes pintazas de mamarracho, venga vete para casa que te…
No, de aquella había tétanos, con lo que una valla oxidada o una espina de una rosa eran la equivalencia de las armas de destrucción masivas actuales, las tocabas y te quedaban 3 días de vida, hasta la niña de The Ring te daba 7 días, ya pero esto son los 80, wild life man!
También recuerdo yonkis tirados por todas partes, había una calle llena de chavales colgadísimos, tirados por las esquinas en plan festival, pero en el centro de una puta ciudad, y mientras, tú sorteabas cristales de litronas rotas, perros pulgosos y jeringas escondidas por cualquier parte. Los parques eran zonas tomadas por las noches, con lo que por el día si te caías era mejor que fuera sobre cemento o gravilla que sobre la hierba… por si acaso.
En los 80 empezaron a desindustrializarnos, nos avergonzó ser clase obrera y empezamos a creernos clase media, media baja o media alta, pero media. Así las armas de las clases obreras, sindicatos, se fueron convirtiendo en armas de clases medias, gremios, en los que el maestro hace y deshace a su gusto, sin conciencia ni honor para con sus semejantes, que por supuesto no son.
En los ochenta imbéciles como Loquillo eran idolatrados, gente sin talento que aprovecharon la ola, empezaba la cultura del pelotazo….ahora sale anunciando una mierda de cerveza, solo le queda montarse una orgía con Alaska y el Vaquerizo.
Parezco el puto tío camuñas…
Pero bueno dejamos algo bueno…de fuera como siempre...Juian Cope