
Cuando descargo películas malas a mansalva para su posterior cata muchas veces utilizo como criterio el año de producción (los ochenta es una buena década) y el título. En este caso me esperaba alguna versión cutre de Dragones y Mazmorras con peleas de espada que dieran vergüenza ajena. Por desgracia es mucho peor.

Paul Bradford (un programador informático) y su novia son transportados a un mundo donde gobierna Mestema (un hechizero malvado llamado el Amo del Calabozo) interpretado por Richard Moll. Una vez en su presencia, Mestema le da a Paul un ordenador-brazal para que lo use en los retos que le va preparando ya que anda a la busqueda de un oponente de su nivel. Obviamente un friki de los ordenadores estará a su altura. En total son siete y cada uno fue dirigido por un director diferente. Una cosa rarísima ya que en muchos casos no dejan de ser escenas muy cortas. Supongo que es una manera de exculparse de la poca calidad de la cinta y de su caótico montaje.

La dinámica de los escenarios a batir es muy sencilla, Paul llega a un sitio raro, puede ser una caverna, una zona rocosa con un gigante de piedra o un concierto de heavy metal. Cuando está a punto de fenecer tanto él como su novia usa el ordenador-brazal y con un rayo láser extermina a sus contrincantes de un plumazo. Cada vez que consigue superar el reto reaparece en presencia de Mestema quien se cabrea y dice algo muy arrogante. Paul, tras superar con éxito cada uno de los escenarios, le propone a Mestema una pelea entre los dos sin usar la magia o su ingenio electrónico. Comienza la emocionante batalla a hostia limpia y tras unos pocos segundos Paul ya tiene a Mestema agarrado por el cuello y al borde de un volcán (?). Lo empuja al vacío y así acaba la vida de Mestema el Idiota.
Merece mención especial el cameo de W.A.S.P. En realidad no es tan especial pero es lo que hay.